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Campamento para niños y niñas de 8 a 13 años

Más de 300 menores pasarán por Venero Claro este verano

18/07/2021

Aunque inicialmente estaban previstos dos turnos, finalmente serán tres los grupos de niños y niñas que este durante la época estival pasen por las instalaciones que la Fundación Ávila tiene en Navaluenga.

Para la gran mayoría de abulenses, de prácticamente todas las edades, hablar de Venero Claro es hablar de infancia, de verano, de recuerdos, de amigos, de aventuras, de baños, de juegos y de diversión. No en vano, han sido miles los niños y niñas que durante las últimas décadas han pasado por este campamento que el próximo año cumplirá medio siglo de vida. De hecho, ni la pandemia ha podido con estas colonias que ni siquiera se suspendieron en 2020 cuando el covid-19 puso en jaque prácticamente toda actividad, si bien es cierto que entonces, y debido a las restricciones, los participantes fueron muchos menos que los que venían siendo. Entonces cada uno de los dos turnos contó con 60 niños, una cifra que este año, y respetando nuevamente lo que marca la autoridad sanitaria, se ha incrementado. De hecho, este verano pasarán por las instalaciones que la Fundación Ávila tiene en Navaluenga, y en tres turnos diferentes, un total de 320 menores.

Explica Carlos Carrera, director del campamento de Venero Claro, que aunque las instalaciones tienen capacidad para 200 niños en este nivel de alerta el aforo máximo es del 75 por ciento, lo que hace que en cada turno puedan participar 130 niños. Y aunque inicialmente eran dos los turnos programados, uno del 14 al 25 de julio y el otro, del 28 de julio al 8 de agosto, finalmente, y gracias a que Caixabank ha sido sensible a la demanda, se puso en marcha un turno extraordinario que se desarrolló del 30 de junio al 11 de julio y en el que participaron 60 menores. Durante su estancia en el campamento estos pequeños formarán grupos burbuja, de como máximo trece niños y un monitor, de modo que las instalaciones, piscina incluida, están divididas por zonas. Pese a todo, se fomentarán actividades que, manteniendo la distancia, permitan a unos grupos interrelacionarse con otros.

Lógicamente, y como ya ocurrió el año pasado, también éste la pandemia marcará la actividad del campamento, lo que no significa ni mucho menos que los pequeños que este año pasen por allí no vayan a disfrutar de la experiencia como lo han hecho sus predecesores sino simplemente que los responsables del campamentos han adaptado instalaciones y actividades de cara a que el día a día de los pequeños allí no solo sea divertido sino también seguro. «Tenemos la experiencia que nos dio todo el aprendizaje del año pasado y además ahora tenemos más información sobre este virus», reconoce Carrera a la hora de explicar cómo se han diseñado los protocolos que tanto el personal del campamento como los propios pequeños deberán seguir para minimizar el riesgo de contagios. «Hemos desarrollado un protocolo covid que, creemos, puede ser de los más completos que haya ahora mismo en campamento a nivel nacional», asegura el director de Venero Claro.

De hecho, y aunque la Junta de Castilla y León a lo que obliga es a realizar la prueba 72 horas antes, el mismo día que los menores llegan al campamento la Fundación Ávila les realiza una prueba de antígenos para descartar que no hay contagio, test que se repite a los tres días para obtener mayor seguridad.  «Nosotros considerábamos que en esas 72 horas pueden pasar muchas cosas, por lo que la Fundación Ávila, con el apoyo de Caixabank, decidió asumir el coste de estas pruebas», explica Carrera.

«Hemos adaptado todas nuestras actividades al protocolo de la Junta de Castilla y León», apunta el director de Venero Claro, un campamento donde el principal objetivo, y ahora más que nunca tras los meses vividos, es «que los niños se diviertan y que sean felices».

La educación en valores como el compañerismo, el respeto o la ayuda mutua es uno de los ejes de este campamento donde se «apuesta fuerte por el medio ambiente». «Los niños tienen que comprender desde ya que cuestiones como cuidar la naturaleza, reciclar, reutilizar y no malgastar recursos son muy importantes», asegura Carrera justo antes de explicar que muchas de las actividades y talleres que se realizan en Venero Claro tienen este enfoque.  Así, pone como ejemplo, las medallas que se entregan el último día se fabrican con el material que los mismos niños reciclan.